Sabe Usted ¿Qué es la olla podrida?
Bien, vea si, atento a las temperaturas que estamos sufriendo en Buenos Aires - atípicamente, para el verano, dieciocho grados - no le entraría.
La Olla Podrida es el plato contundente símbolo de la cocina española. Es un cocido de legumbres y huesos que adquiere peculiaridades regionales de acuerdo a los distintos gustos.
Según las regiones, su nombre cambia; en Asturias y Galicia se le llama pote, en Andalucía “puchero gitano”, o “colorao” si se le añade tocino y chorizo, en Cataluña es la escudilla. Sólo en Madrid, Castilla y León se ha conservado el sospechoso nombre de “Olla Podrida”.
El origen del nombre es bastante incierto, según apunta Martinez Montiño en su Recetario: «Sepan vuestras mercedes que lo de podrido no es corrupción de la olla, sino del lenguaje, ya que debe decirse “poderida”, que quiere decir poderosa». Se refiere a la cantidad de caros ingredientes que llevaba en su preparación, los cuales estaban lejos de las posibilidades del pueblo. Covarrubias, en el siglo XVII la define así: "contiene en si varias cosas, como carnero, vaca, gallinas, capones, longaniza, pie de puerco, ajos, cebollas, etc. Pudose decir podrida en cuanto se cuece muy despacio, que casi lo que tiene dentro viene a deshacerse, y por esta razón se puede decir podrida, como la fruta que madura demasiado”.
Originalmente se trataba de un cocido de verduras y huesos, una comida de pobres que fue elevada a la categoría de mito por Lope de Vega, Cervantes y Calderón de la Barca. El cocido fue el plato de la alimentación diaria de las clases populares de Europa en la Edad Media hasta mediados del siglo XVIII. En aquella época, cazar un animal mayor o pescar se castigaba con la muerte, los jabalíes, ciervos, bueyes, terneras y pescados estaban destinados sólo para la mesa de los nobles y los eclesiásticos. Los pobres, si acaso, comían algo de cordero o cabra en las grandes celebraciones. En Francia se preparan veinte recetas distintas entre las que sobresale el “pot au feu”, el padre de todos los cocidos galos. En Alemania es la col el ingrediente principal, mientras que en el Mediterráneo se incluyen nabos y calabaza. De comida de pobres pasó a ser un plato caro que no se consume frecuentemente. Balzac lo estimaba como un plato obligado de un Grande de España, especialmente de Castilla, y formaba parte de los banquetes oficiales de la representación diplomática de España.
El origen del plato es judío, sefardita para mayor exactitud. En el siglo XV, los judíos españoles cocinaban la adafina, un cocido de huesos y verduras que preparaban en la noche del viernes para respetar el sabbat. Se cocinaba muy lentamente al rescoldo para ser consumido al día siguiente. Para evitar problemas con la Inquisición, le agregaban generalmente un pedazo de tocino atado a un cordel para sumergirlo unos minutos en la sopa hirviendo y poder retirarlo cuando el peligro pasaba. A partir de la expulsión de los judíos en 1483, el cerdo se agregó definitivamente al plato que pasó a ser emblema de la cocina española. .Pero esa es otra historia.
Originalmente se trataba de un cocido de verduras y huesos, una comida de pobres que fue elevada a la categoría de mito por Lope de Vega, Cervantes y Calderón de la Barca. El cocido fue el plato de la alimentación diaria de las clases populares de Europa en la Edad Media hasta mediados del siglo XVIII. En aquella época, cazar un animal mayor o pescar se castigaba con la muerte, los jabalíes, ciervos, bueyes, terneras y pescados estaban destinados sólo para la mesa de los nobles y los eclesiásticos. Los pobres, si acaso, comían algo de cordero o cabra en las grandes celebraciones. En Francia se preparan veinte recetas distintas entre las que sobresale el “pot au feu”, el padre de todos los cocidos galos. En Alemania es la col el ingrediente principal, mientras que en el Mediterráneo se incluyen nabos y calabaza. De comida de pobres pasó a ser un plato caro que no se consume frecuentemente. Balzac lo estimaba como un plato obligado de un Grande de España, especialmente de Castilla, y formaba parte de los banquetes oficiales de la representación diplomática de España.
El origen del plato es judío, sefardita para mayor exactitud. En el siglo XV, los judíos españoles cocinaban la adafina, un cocido de huesos y verduras que preparaban en la noche del viernes para respetar el sabbat. Se cocinaba muy lentamente al rescoldo para ser consumido al día siguiente. Para evitar problemas con la Inquisición, le agregaban generalmente un pedazo de tocino atado a un cordel para sumergirlo unos minutos en la sopa hirviendo y poder retirarlo cuando el peligro pasaba. A partir de la expulsión de los judíos en 1483, el cerdo se agregó definitivamente al plato que pasó a ser emblema de la cocina española. .Pero esa es otra historia.
Ingredientes para 10 comensales (Esta antigua receta es típica de Castilla, en especial de la provincia de Burgos).
1/2 kilo de judías.
1/2 kilo de judías.
1 orejas de cerdo.
1 manito o pié de cerdo.
½ kilo de costilla de cerdo adobada.
½ kilo de carne de buey.
3 morcillas de Burgos.
250 gr. de cordero.
1 gallina.
1 pato.
1 perdiz.
½ kilo de carne de buey.
3 morcillas de Burgos.
250 gr. de cordero.
1 gallina.
1 pato.
1 perdiz.
3 morcillas.
1 trozo de tocino.
100 gr. de higaditos y mollejas de pollo.
3 chorizos.
100 gr. de higaditos y mollejas de pollo.
3 chorizos.
1 cebolla.
2 puerros.
1 pimiento verde.
1 repollo.
1 repollo.
2 zanahorias.
1 cabeza de ajos.
1 cabeza de ajos.
1 hoja de laurel.
1 cucharada de harina.
1 cucharada de harina.
Aceite de oliva.
Sal.
Preparación:
El ingrediente principal son las judías, que se ponen en remojo en una olla de barro con abundante agua fría durante 24 horas. Por separado poner también en remojo la oreja y la manito de cerdo. Al día siguiente se raspan las carnes con un cuchillo y se limpian muy bien con agua caliente. Poner a cocer las judías en la misma agua del remojo agregando la hoja de laurel. Salpimentar y cocinar durante varias horas hasta que las judías queden tiernas. Dorar una cebolla cortada fina, con los ajos y una loncha de tocino, añadir medio pimentón limpio de las semillas y cortado en trozos pequeños, luego añadir 2 cucharadas de harina, revolver y agregar esta preparación un poco antes de terminar la cocción para espesar el caldo. Por separado cocinar en una olla grande, la oreja y la manito de cerdo, cuando estén tiernas agregar el resto del tocino y el chorizo. En otra olla, cocinar la carne de buey, la ternera, el cordero, la gallina, el pato y la perdiz cortadas en cuartos, los higaditos, y las mollejas. Agregar la cebolla entera pelada con dos clavos de especies clavados, el apio, los puerros, el resto del pimiento verde, las zanahorias cortadas en rodajas, los ajos, la hoja de laurel y un poco de aceite. Cubrir con agua fría y poner a fuego vivo espumando continuamente. Agregar a la olla de las judías la oreja y la manito de cerdo con parte del caldo de la cocción y las carnes y aves también con algo de caldo. Dejar cocinar a fuego lento un par de horas, ir añadiendo el caldo de la cocción de las carnes, retirar las carnes que estén demasiado cocidas para que no se deshagan, agregarlas a la olla antes de servir. Terminada la cocción, escurrir el caldo para servirlo como sopa
La tradición indica que se debe servir en primer lugar, una sopa con rebanadas de pan tostado y caldo de la olla, a la que se la añadían unas hojas de repollo picadas. Después se servía el resto de los componentes, formando diversos platos.
El ingrediente principal son las judías, que se ponen en remojo en una olla de barro con abundante agua fría durante 24 horas. Por separado poner también en remojo la oreja y la manito de cerdo. Al día siguiente se raspan las carnes con un cuchillo y se limpian muy bien con agua caliente. Poner a cocer las judías en la misma agua del remojo agregando la hoja de laurel. Salpimentar y cocinar durante varias horas hasta que las judías queden tiernas. Dorar una cebolla cortada fina, con los ajos y una loncha de tocino, añadir medio pimentón limpio de las semillas y cortado en trozos pequeños, luego añadir 2 cucharadas de harina, revolver y agregar esta preparación un poco antes de terminar la cocción para espesar el caldo. Por separado cocinar en una olla grande, la oreja y la manito de cerdo, cuando estén tiernas agregar el resto del tocino y el chorizo. En otra olla, cocinar la carne de buey, la ternera, el cordero, la gallina, el pato y la perdiz cortadas en cuartos, los higaditos, y las mollejas. Agregar la cebolla entera pelada con dos clavos de especies clavados, el apio, los puerros, el resto del pimiento verde, las zanahorias cortadas en rodajas, los ajos, la hoja de laurel y un poco de aceite. Cubrir con agua fría y poner a fuego vivo espumando continuamente. Agregar a la olla de las judías la oreja y la manito de cerdo con parte del caldo de la cocción y las carnes y aves también con algo de caldo. Dejar cocinar a fuego lento un par de horas, ir añadiendo el caldo de la cocción de las carnes, retirar las carnes que estén demasiado cocidas para que no se deshagan, agregarlas a la olla antes de servir. Terminada la cocción, escurrir el caldo para servirlo como sopa
La tradición indica que se debe servir en primer lugar, una sopa con rebanadas de pan tostado y caldo de la olla, a la que se la añadían unas hojas de repollo picadas. Después se servía el resto de los componentes, formando diversos platos.
En cualquier momento "Los enemigos de la vaca", con el eventual aporte de nuestros corresponsales en España (http://www.asadosargentinos.com.es/), en orden a una posible "entrada" - por si la comida es poca - y postre - toda vez que se impone algo dulce - ponen manos a la "olla".-
Si le interesa profundizar el tema con imagenes relacionadas con la elaboración, vea: http://mx.youtube.com/watch?v=PmYi_I95XHw