Todo empezó cuando Don "Juan Asador Magistral", aproximadamente a las 15,00 horas del viernes próximo pasado, pasó a buscar a Don Victor Manuel Blanco Gijón - nuestro amigo español, de visita en Buenos Aires -, para luego dirigirse al Country "Cardenal del Monte", donde se llevaría a cabo el evento anunciado.-
Primera actividad, encender el fuego.-Luego, colocar el "lechonchito", previo quitarle la cabeza - que sería asada en la parrilla -, en los fierros.- Realizado ello, comenzamos la tarea de asado, claro, bajo la supervisión del caballero español.- El anfitrión, Don Hector Hurtado, encargado de los preliminares mates, también supervisaba - alguien dijo "flor de inspectores tenemos" -.- Estos dos ¿Tomaron mate o tomaron otra cosa? ¿Qué los movió a risa? La cosa seguía así.- Al rato, todo se veía así; mientras, el español no se separaba del fuego (la bombacha lo delata).- Esto ya es el colmo, ni bien la cabeza comenzó a expulsar liquido, Don Victor le acercó un pancito y, luego, se alejó unos metros para finiquitar su travesura.- A los pocos minutos, agregamos las patitas y algunas achuras.- De esa manera seguía el asado del porcino.-¿No parece que le hubieran pasado dos manos de barniz?¡¡¡Epa!!! Se vino la picada.-Se trató de salame, morcilla y queso.- A su tiempo, fueron agregados los chorizos.-¡Bueno, ya faltaba menos!Faltaba menos e, impotentes para esconder su intención, algunos insistían exclamando ¡Creemos que esto ya esta!.- A fuerza de decir verdad, faltaba poco,... pero faltaba.- Ultima vista del "lechonchito" en el "fierro".- Mientras Don "Juan Asador Magistral" fue al interior del quincho a los efectos de controlar si todo estaba presto, dos de los presentes - Don Victor y Don Mario -, hurtaban los riñones del porcino.- Descubierto, optó por hacer un chiste que, como ven, consistió en comerse otra de las achuras del lechón.- Hablando en serio, así se presentó el lechón en la mesa ¿Tienen opinión al respecto? ¡¡¡Por el gesto, parece que le gustó!!! ¡¡¡Si, le gustó!!! ¿Y ahora, qué es lo que reclamó su atención?¡¡¡Ahhh!!! ¡¡¡No es para menos!!! ¡Comenzó el show del "Mago Boloncho"! Los postres, una pasta frola y... una torta "de todo".-El apagado de las velitas, merece una explicación, es que los tres que estan en la fotografía, festejaron su honomástico durante el mes en curso.- Finalmente, el brindis.- Una aclaración final, obviamente hubo ensaladas; sucedió que, el fotografo, omitió perpetuar esas imagenes. Hasta la próxima.-
HISTORIA DEL BRINDIS.-
Según el diccionario de la Real Academia Española el término brindis significa: (Del aleman "bring dir's", yo te lo ofrezco).
1. Acción de brindar con vino o licor.
2. Palabras que se dicen al brindar.
El origen del término se remonta al siglo XVI, y tiene como motivo la celebración de una victoria del ejército de Carlos V sobre su oponente.
Según relatan los historiadores, el lunes 6 de Mayo de 1.527, las tropas de Carlos V toman de forma victoriosa Roma y la saquean. El saqueo fue algo imprevisto. Lactancio, caballero mancebo de la corte del Emperador, convencerá a su interlocutor, el Arcediano del Viso, testigo del saqueo, de que el Emperador ninguna culpa tuvo en ello y de cómo Dios lo permitió por el bien de la cristiandad.
Con motivo de tal victoria, cuenta la historia, que los mandos militares llenaron sus copas de vino, las alzaron al frente y dijeron la frase anteriormente citada: "bring dir's", yo te lo ofrezco. Este hecho, ha dado lugar a la tradición de brindar cuando se celebra algo.
Pero como en todas las historias, hay otras versiones que adelantan mucho más, en el tiempo, los orígenes de los brindis.
Estos lo sitúan en tiempos de los griegos, y tiene que ver con la muestra de confianza que el anfitrión ofrecía a sus invitados. En los grandes banquetes y convites que los más pudientes organizaban para su deleite o en honor de alguien, los criados servían en las copas a todos los invitados y el anfitrión alzaba su copa y tomaba un trago, como señal de que aquella bebida era buena y no tenía veneno alguno. Por aquel entonces, la mejor forma de eliminar a los enemigos era envevenar la bebida.
En todo brindis se plantea la cuestión sobre chocar o no las copas. Aunque es suficiente con hacer el gesto hacia el resto de los comensales, alzando levemente la copa, hay muchas veces que nos gusta el choque de nuestras copas con la de los vecinos de mesa. Lo más correcto es no hacerlo.
Pero chocar las copas también tiene su origen. Uno de los más avalados por la historia, es que el choque de las copas tenía la función de "salpicar" y mezclar el contenido de ambas copas, sobre todo entre los monarcas y los nobles, que utilizaban estos métodos para eliminar rivales, para demostrar que no se ofrecía ningún tipo de bebida envenenada. Así, si cualquiera de ambas bebidas contenía veneno, este quedaría repartido en ambas copas. Como vemos, entra de nuevo en juego una cuestión de confianza y muestra de amistad en el rito de chocar las copas.
Otra de las versiones, indica como origen las sociedades romana y griega, donde eran habituales los grandes banquetes y fiestas. Era tal la magnitud de aquellas fiestas, que los comensales solían levantar y golpear sus copas para llamar la atención de los sirvientes y para que les sirvieran de nuevo más bebida.
Esta costumbre pasó al brindis, con que se golpeaban las copas para llamar la atención del resto de comensales para hacer el brindis.
Es costumbre también a la hora de brindar decir alguna palabra o expresión como salud, cheers, proischt, saude, salute, santé, etc.
HISTORIA DE LA ASOCIACIÓN "LOS ENEMIGOS DE LA VACA".-
Corrían los primeros años de la década del 90, cuando un grupo de amigos, residentes en San Antonio de Padua, Partido de Merlo, Provincia de Buenos Aires, República Argentina, al finalizar un torneo de "paddle tennis", decidieron organizar un asado.
Por cierto, como verán, el asado resultaría inolvidable.
Fue durante los postres cuando alguien formuló una pregunta: ¿Qué pasaría si, tal como está sucediendo, las vacas, que son aproximadamente cincuenta y dos millones, se siguen reproduciendo más rápido que el crecimiento de la sociedad argentina que, a la fecha, no supera los veintisiete millones de habitantes?
Muchas fueron las respuestas, advirtiéndose que el consumo de vino se hacía notar.
Así, otro reflexionó ¡Ustedes hablan de las vacas y nada dicen de los corderos, los cabritos, los lechones, los pollos, los pavos, y todo lo que anda por ahi! ¡El problema será mucho más grave, y mucho antes, de lo que Uds. vaticinan!
¡Atención viejo, y los peces, los mariscos, todo lo del mar! espetó otro.
¡Estamos en peligro, lo único que queda es comerlos! dijo el que, quizás, menos había hablado hasta el momento.
De allí, hasta la propuesta y acuerdo de organizarse y acometer la tarea, pasaron escasos minutos.
¡Debemos empezar cuanto antes! dijo uno.
¡Mañana sabado! contestó otro.
Bien, he allí, aunque cueste creerlo, el evento que excitó la conformación de la Asociación "Los enemigos de la vaca", denominación que fue asignada porque la primer tarea fue "dar cuenta" de un costillar vacuno.