10 octubre 2009

DIALOGO ENTRE DOS ENEMIGOS DE LA VACA.-

¿En qué estas pensando?
Pensaba en qué vamos a comer.
Sabes que lo imaginé.
Es que yo como todos los días; es más, como varias veces por día.
Bueno, ahora el tema me preocupa a mí. Vamos a los papeles ¿qué hacemos?
¿Qué hacemos, o qué hago? Pensaba en hacer algo rápido ¿Un arrocito?
¿Con berberechos?
¿De qué berberechos me hablas? Ni sé dibujarlos. ¿De dónde los voy a sacar?
Yo los consigo.
Me sorprende tanta diligencia. Bueno, si es así, yo me encargo. Así, en menos que canta un gallo, en la olla había cebolla, cebolla de verdeo y pimientos (rojo y verde) dorándose en muy poco aceite.-

Pasaron pocos minutos y los berberechos llegaron.-
¿Te ayudo?
¿Cómo podrías ayudar? Haceme un favor, agregá agua y un cubito de caldo de verduras.
De inmediato
¡Hierve!

Bueno, entonces agregale el arroz. Ojo, sólo dos pocillos de café;.
Pero no tenemos cafe.
Dos pocillos de café que contengan arroz; si le pones más, el arroz se nos va a venir encima.

Ya está.
Ahora, controlá que esté a fuego lento.

¿Va bien?
¡Va fenomeno!
¿Ahora qué haces?
Te doy tres posibilidades, ¿Estoy por colocarme un "piercing" con forma de tenedor en la cara? ¿Estoy por comerme el tenedor? o ¿Estoy por degustar el arroz? Haceme un favor, no contestes que tengo miedo que no aciertes. Estoy por degustar el arroz
¿Cómo está?
¿Quién, yo?
No, el arroz.
Le falta poco.

¿Y ahora?
Le falta menos.
¿Que estas haciendo?
Cocinando ¿Todavía no te habías dado cuenta?.
¿Qué haces con esa caja?
Estoy fabricando una alcancía. Observá y no preguntes. Le estoy poniendo puré de tomates
y, ahora, algunas especias a gusto.

¿Cuanto tiempo hay que dejarlo así?
Tranquilo decís; y si, dejame tranquilo un ratito.
No, cuanto tiempo hay que dejar el arroz a fuego lento?
Algunos minutos; cuando recupere el calor, hay que agregar los berberechos.
¿Y ahora?
Ahora hay que esperar, siguiendo a fuego lento. Luego probar para "medir" el arroz y, además, si está bien condimentado

¿Porqué apagás el fuego?
Porque mantengo la intención de hacer un "arrocito" con berberechos y no quiero fundir una olla. Porque ya está
Bueno dale, vamos a comer.
No, ahora hay que taparlo y dejarlo descansar diez minutos.
¿Ya está?
No, faltan exactamente veintidos segundos, tres décimas, dos quintos.
¿Y ahora?
Si, ahora si. ¿Qué tal si servis?
¿Si sirvo?
Si servis la comida, no si servis vos. Serví, ¡Es una buena forma de que te sientas útil!

¡Que barbaridad, está exquisito!
Bueno, tenés una buena forma de recompensar el esfuerzo que he realizado.
¿Qué esfuerzo has realizado? ¿Acaso cocinar es un esfuerzo para vos?
No, el esfuerzo no es por cocinar.
¿Que tengo que hacer?

Después te digo, ahora comé.
¡La verdad te felicito! Estaba buenisimo.
Decime, dijiste que yo podía recompensarte ¿Cómo lo puedo hacer?
Fácil, lavá y guardá todo.
¿Cómo?
¡¡¡¡Faaaciiiilll!!!¡¡¡¡Lavaaaa y guardaaa todooooo!!!!!!

Además, respondé ¿Qué sería de "Los miembros de Los Enemigos de la Vaca" sin mí?
Seríamos ocho. No, la verdad, estaríamos perdidos, comeríamos panchos y hamburguesas.
Bueno, parece que, por fin, comienzan a reconocer méritos.
¡¡Es que estoy muy cerca de la perfección!!.

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HE AQUÍ, MEDIANTE LA PRESENTACIÓN QUE INCONTROVERTIBLEMENTE MERECEN, "LOS ENEMIGOS DE LA VACA".-

ALGUNAS PREFERENCIAS DE "LOS ENEMIGOS DE LA VACA".-

HISTORIA DEL BRINDIS.-

Según el diccionario de la Real Academia Española el término brindis significa: (Del aleman "bring dir's", yo te lo ofrezco).
1. Acción de brindar con vino o licor.
2. Palabras que se dicen al brindar.
El origen del término se remonta al siglo XVI, y tiene como motivo la celebración de una victoria del ejército de Carlos V sobre su oponente.
Según relatan los historiadores, el lunes 6 de Mayo de 1.527, las tropas de Carlos V toman de forma victoriosa Roma y la saquean. El saqueo fue algo imprevisto. Lactancio, caballero mancebo de la corte del Emperador, convencerá a su interlocutor, el Arcediano del Viso, testigo del saqueo, de que el Emperador ninguna culpa tuvo en ello y de cómo Dios lo permitió por el bien de la cristiandad.
Con motivo de tal victoria, cuenta la historia, que los mandos militares llenaron sus copas de vino, las alzaron al frente y dijeron la frase anteriormente citada: "bring dir's", yo te lo ofrezco. Este hecho, ha dado lugar a la tradición de brindar cuando se celebra algo.
Pero como en todas las historias, hay otras versiones que adelantan mucho más, en el tiempo, los orígenes de los brindis.
Estos lo sitúan en tiempos de los griegos, y tiene que ver con la muestra de confianza que el anfitrión ofrecía a sus invitados. En los grandes banquetes y convites que los más pudientes organizaban para su deleite o en honor de alguien, los criados servían en las copas a todos los invitados y el anfitrión alzaba su copa y tomaba un trago, como señal de que aquella bebida era buena y no tenía veneno alguno. Por aquel entonces, la mejor forma de eliminar a los enemigos era envevenar la bebida.
En todo brindis se plantea la cuestión sobre chocar o no las copas. Aunque es suficiente con hacer el gesto hacia el resto de los comensales, alzando levemente la copa, hay muchas veces que nos gusta el choque de nuestras copas con la de los vecinos de mesa. Lo más correcto es no hacerlo.
Pero chocar las copas también tiene su origen. Uno de los más avalados por la historia, es que el choque de las copas tenía la función de "salpicar" y mezclar el contenido de ambas copas, sobre todo entre los monarcas y los nobles, que utilizaban estos métodos para eliminar rivales, para demostrar que no se ofrecía ningún tipo de bebida envenenada. Así, si cualquiera de ambas bebidas contenía veneno, este quedaría repartido en ambas copas. Como vemos, entra de nuevo en juego una cuestión de confianza y muestra de amistad en el rito de chocar las copas.
Otra de las versiones, indica como origen las sociedades romana y griega, donde eran habituales los grandes banquetes y fiestas. Era tal la magnitud de aquellas fiestas, que los comensales solían levantar y golpear sus copas para llamar la atención de los sirvientes y para que les sirvieran de nuevo más bebida.
Esta costumbre pasó al brindis, con que se golpeaban las copas para llamar la atención del resto de comensales para hacer el brindis.
Es costumbre también a la hora de brindar decir alguna palabra o expresión como salud, cheers, proischt, saude, salute, santé, etc.

HISTORIA DE LA ASOCIACIÓN "LOS ENEMIGOS DE LA VACA".-

Corrían los primeros años de la década del 90, cuando un grupo de amigos, residentes en San Antonio de Padua, Partido de Merlo, Provincia de Buenos Aires, República Argentina, al finalizar un torneo de "paddle tennis", decidieron organizar un asado.
Por cierto, como verán, el asado resultaría inolvidable.
Fue durante los postres cuando alguien formuló una pregunta:
¿Qué pasaría si, tal como está sucediendo, las vacas, que son aproximadamente cincuenta y dos millones, se siguen reproduciendo más rápido que el crecimiento de la sociedad argentina que, a la fecha, no supera los veintisiete millones de habitantes?
Muchas fueron las respuestas, advirtiéndose que el consumo de vino se hacía notar.
Así, otro reflexionó ¡Ustedes hablan de las vacas y nada dicen de los corderos, los cabritos, los lechones, los pollos, los pavos, y todo lo que anda por ahi! ¡El problema será mucho más grave, y mucho antes, de lo que Uds. vaticinan!
¡Atención viejo, y los peces, los mariscos, todo lo del mar! espetó otro.
¡Estamos en peligro, lo único que queda es comerlos! dijo el que, quizás, menos había hablado hasta el momento.
De allí, hasta la propuesta y acuerdo de organizarse y acometer la tarea, pasaron escasos minutos.
¡Debemos empezar cuanto antes! dijo uno.
¡Mañana sabado! contestó otro.
Bien, he allí, aunque cueste creerlo, el evento que excitó la conformación de la Asociación "Los enemigos de la vaca", denominación que fue asignada porque la primer tarea fue "dar cuenta" de un costillar vacuno.